"La huella de un maestro" Hoy, maestro, quiero que pauses por un momento y mires más allá de las paredes del aula. Porque lo que haces cada día no es solo enseñar... ¡es transformar! Cada sonrisa que devuelves, cada palabra de ánimo que das, es una chispa que enciende sueños. Tus estudiantes no solo están aprendiendo matemáticas o ciencias; están aprendiendo valores, resiliencia y el poder de creer en sí mismos. A veces, en medio del ruido y el cansancio, puedes preguntarte: "¿Realmente estoy marcando la diferencia?" Y la respuesta es un rotundo SÍ. Tal vez no lo veas ahora, pero tus palabras y tus acciones están dejando una huella que durará toda la vida. Un maestro es más que un guía. Eres el puente entre lo que son y lo que pueden llegar a ser. No solo enseñas materias; enseñas a soñar, a perseverar y a creer en un futuro lleno de posibilidades. Recuerda: cada día que entras al aula, tienes la oportunidad de cambiar vidas. En tus manos está el poder de encender estrellas, de moldear líderes y de construir un mundo mejor. Ser maestro es más que una profesión: es un acto de amor que deja huellas eternas.