Hola, amigos! Hoy vamos a conocer a un personaje muy especial de la Biblia: Sansón. Era un hombre muy fuerte, ¡tan fuerte que podía hacer cosas increíbles! Antes de nacer, un ángel le dijo a la mamá de Sansón que sería muy especial. Le dijo que nunca debía cortarse el pelo, porque su fuerza venía de Dios. Cuando Sansón creció, se hizo muy fuerte. Una vez, vio un león muy grande y ¡lo mató con sus propias manos! Después, encontró miel dentro del león muerto y la comió. ¡Qué valiente y aventurero era Sansón! Sansón también hizo muchas cosas increíbles con su fuerza. Por ejemplo, una vez mató a mil soldados enemigos con la quijada de un burro. ¡Imagínense qué fuerte tenía que ser! Pero Sansón tenía un secreto: una mujer llamada Dalila quería saber por qué era tan fuerte. Lo engañó para que le dijera que su fuerza estaba en su pelo. Así que mientras Sansón dormía, Dalila le cortó el pelo. Y cuando despertó, ya no era tan fuerte. Los enemigos de Sansón lo capturaron y lo pusieron en la cárcel. Pero aunque había perdido su fuerza, Sansón seguía confiando en Dios. Cuando lo llevaron a un templo para burlarse de él, Sansón pidió que lo pusieran entre dos grandes columnas. Entonces, con toda su fuerza restante, empujó las columnas y el templo se derrumbó, matando a todos sus enemigos. ¿Qué podemos aprender de Sansón? Dios nos da dones especiales: Al igual que Sansón, cada uno de nosotros tiene dones y talentos que Dios nos ha dado. Debemos cuidar de nuestros dones: Sansón perdió su fuerza cuando descuidó lo que Dios le había pedido. Incluso cuando somos débiles, Dios está con nosotros: Aunque Sansón había perdido su fuerza, Dios lo ayudó a vencer a sus enemigos.